Plantear el estudio en relación con la voluntad: priorizar metas, manejar el tiempo, controlar y estimular el esfuerzo, terminar las tareas. Es bonito plantear el estudio de manera atractiva, que guste y divierta, pero no hay que olvidar que el trabajo supone, a la larga, esfuerzo, y que, aunque en ocasiones no nos apetezca, debemos realizarlo.
Que las asociadas hagan propias las metas, los horarios, las normas de disciplina, los detalles de orden y puntualidad del programa, con sentido de superación y visión positiva. El compromiso es de la propia alumna que ve claramente la necesidad de un mínimo de orden y lo pone en práctica.
Dar importancia a los motivos por los que una asociada estudia y ayudarle a enriquecerlos. Precisamente con el coaching se conocen a fondo esas motivaciones y se proponen planes para mejorar la conducta.